ESCENARIOS DE LA VIDA HUMANA. PALABRAS PREVIAS (Año 2006)
La palabra vida, aplicada a la de los humanos, tiene dos acepciones: una, la biológica (nacer, crecer, reproducirse -a veces- y morir); otra, la biográfica, la serie de actuaciones o comportamientos que el ser humano lleva a cabo y por los cuales se le define, se le reconoce, se le identifica. La vida biológica es condición necesaria para la biográfica, y tiene como función hacer posible la biografía que nos hemos de construir en la vida con otros y con nosotros mismos. Con otras palabras: uno está vivo para que haga su vida. Ahora bien, la vida biográfica, la biografía de cada cual, está constituida, 1º) por la serie de actuaciones que se hacen con miras a la interacción. Son actuaciones de proyección exterior, públicas, reales, porque se llevan a cabo en contextos muy varios, pero todo ellos de carácter real y público. Incluso los que se llaman privados, lo son, aunque sean de un público limitado. Estas actuaciones públicas se hacen, pues, a conciencia de que son observables y van a ser observadas. De aquí el carácter de representación, de preparadas para la escena. 2º) Pero también por otras actuaciones que son por principio inobservables y tienen lugar en espacios virtuales, porque tanto las actuaciones como los espacios o contextos son estrictamente mentales: son los que constituyen nuestra vida íntima. La vida íntima -íntimo, superlativo de interior, lo muy interior- no es comunicable porque no puede serlo. La autobiografía sería, por definición, el conjunto de nuestras actuaciones públicas e íntimas, pero dado que estas últimas son no comunicables, la autobiografía en sentido estricto no es factible. Llamamos autobiografía solamente a la posible mediante el instrumento, inadecuado para ella, del lenguaje... Vida pública y vida íntima tienen funciones distintas en la economía del ser humano en tanto éste sujeto de actuaciones.